Mensajes de diversas orígenes

 

viernes, 10 de enero de 2025

Hijos, vengo a vosotros para daros de nuevo mucho amor, porque rebosa de mi Corazón de Madre

Mensaje de la Inmaculada Madre María y de Nuestro Señor Jesucristo a Angélica en Vicenza, Italia, el 7 de enero de 2025

 

Queridos hijos, la Inmaculada Madre María, Madre de todos los Pueblos, Madre de Dios, Madre de la Iglesia, Reina de los Ángeles, Rescatadora de los Pecadores y Madre Misericordiosa de todos los hijos de la tierra, he aquí, hijos, también hoy viene a vosotros para amaros y bendeciros.

Hijos vengo a vosotros para daros de nuevo mucho amor, pues rebosa de Mi Corazón Materno y sobre todo estoy aquí para deciros de nuevo que os unáis. Muchos de vosotros lo habéis intentado pero luego os habéis intimidado y poco a poco intentáis alejaros, porque hace mucho tiempo que no saboreáis esa hermosa unión de Dios y de estar juntos. Ya no tenéis ese sabor y pensáis, hijos, que esa unión es vuestra salvación y es la expresión más bella de la fe en Dios. ¿Acaso no lo sabíais? Ésa es la razón por la que Satanás os veja, para alejaros, porque sabe muy bien que si el Padre alcanza la unión de todos Sus hijos, él será el perdedor, precisamente porque la unión es la expresión más elevada de la fe en Dios, de la cercanía a Dios.

Vamos hijos Míos, pedid, pedid ayuda a vuestro Padre y decid: «Padre, Padre Nuestro, Tú Que Eres Inmenso, No Te Canses Nunca De Esta Obra De Unión. Trabaja Constantemente Sobre Nosotros Padre, Repréndenos, Pero No Te Apartes De Nosotros, Asegúrate De Que Siempre Sepas Dónde Estamos Y Qué Estamos Haciendo, Mantén Siempre Tu Control De Buen Carácter Sobre Nosotros Porque, Padre Nuestro, Aunque Cometamos Errores, Déjanos La Certeza De Que Siempre Estamos Bajo Tu Atenta Mirada Paternal Y De Que En Cualquier Momento Intervienes Con Tu Poder Divino Y Barres Todo Mal. Padre, Anhelamos La Unión Pero Quizás, Como Dice La Santa Madre, Llevamos Demasiado Tiempo Alejados De Ella. Aliméntanos, Haznos Sentir El Sabor De La Unión, De La Belleza, De La Fe En Ti, Llévanos A Todos A Tu Seno, A Tu Santísimo Corazón, Y Libera Toda La Fe Que Hay En Ti, Haz Que Nos Empapemos De Ti Para Que Nosotros, En Esta Tierra, Nunca Más Cometamos Tal Distanciamiento. Te Alabamos Y Te Damos Gracias, Somos Rebeldes Pero Nuestro Amor Por Ti Es Tan Grande Como Tú, ¡No Puede Ser Cuantificado!»

He aquí hijos, ¡lo habéis dicho!

Alabad al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Os doy Mi Santa Bendición y os agradezco que Me escuchéis.

¡Rezad, Rezad, Rezad!

Jesús apareció y dijo

Hermana, es Jesús quien te habla: ¡Te Bendigo En Mi Nombre Tres, Que Es El Padre, De Mí El Hijo Y El Espíritu Santo! Amén.

Desciende cálido, lleno de Mí, abundante, tembloroso y purificador sobre todos los pueblos de la tierra, para que comprendan que la vida que llevan no les trae alegría, ¡sólo es frenética, porque siempre quieren más!

Hijos, el que os habla es vuestro Señor Jesucristo, ¡el que os redimió!

Sí, ¡siempre queréis más! ¿Cómo es que nunca encontráis un momento para sentaros y discutir un poco Conmigo sobre más y menos, sobre el tiempo y la belleza divina que Mi Padre ha puesto en vosotros? ¿Cómo podéis, hijos Míos, no sentir la necesidad de permanecer cerca de Mí? Sin embargo, sabéis bien que Yo soy vuestra salvación, vuestro todo, ¡quizás porque tenéis la certeza! Decid hijos: ¿no pensáis un poco en Mí? ¿No pensáis que Yo también necesito hablar con Mis hijos? Hablad de la familia, de cómo os va en la familia, de si estáis todos unidos, de si hay cosas nuevas... Hablad Conmigo de lo que queráis, pero hablad Conmigo, hacedlo, porque Yo os pertenezco y no me gusta sentirme excluida de la familia, igual que no quiero sobresalir, sino que quiero estar ahí porque, pase lo que pase entre vosotros, ¡estaré dispuesta a aliviar todas las heridas, grandes o pequeñas y a apaciguar las tonterías si es necesario!

Vamos, hijos, ponedme a un lado de la mesa, ¡no quiero estar en la cabecera de la mesa, porque sí, porque quiero ser el último!

¡Os bendigo en Mi Nombre Trino, que es del Padre, de Mí el Hijo y del Espíritu Santo! Amén.

Nuestra Señora Estaba Vestida De Blanco Con Un Manto Celestial, En Su Cabeza Llevaba La Corona De Doce Estrellas, En Su Mano Derecha Tenía Una Campanilla Y Bajo Sus Pies Había Humo Negro.

Había Presencia De Ángeles, Arcángeles Y Santos.

Jesús Apareció Con El Traje De Jesús Misericordioso, Tan Pronto Como Apareció Hizo Que Se Recitara El Padre Nuestro, En Su Cabeza Llevaba La Tiara, En Su Mano Derecha Tenía El Vincastro, Y Debajo De Sus Pías Estaban Las Personas Sentadas Con Las Cabezas Inclinadas.

Había Presencia De Ángeles, Arcángeles Y Santos.

Origen: ➥ www.MadonnaDellaRoccia.com

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